Cada día, millones de personas hacen una pausa de placer mientras saborean un café expreso. Este pequeño gesto es el resultado de un proceso meticuloso y fascinante que comienza con la elección de los granos y se completa con una taza llena de aroma y sabor. En las cafeterías, el expreso es un símbolo de hospitalidad y calidad, testimonio de una búsqueda incesante de la excelencia.
En el artículo de hoy descubriremos los secretos para servir un café expreso perfecto: ¡siga leyendo!
Un expreso de alta calidad es algo más que una bebida; es la promesa de una experiencia sensorial distintiva para los clientes, que influye no sólo en su satisfacción, sino también en su fidelidad a la marca. Un expreso excelente es el resultado de una cadena de producción que no descuida ningún detalle: la calidad del café se convierte así en un elemento crucial para la satisfacción del cliente y el éxito de la cafetería.
Veamos, a continuación, los principales pasos que conducen a la creación de un café expreso de calidad.
La creación de un café expreso de calidad comienza en las plantaciones y culmina en la propia empresa, donde los granos cuidadosamente seleccionados se transforman en algo único, ofreciendo a los clientes una experiencia inolvidable.
Hoy en día, la calidad superior y la producción sostenible ya no son opciones, sino que son esenciales para quienes aspiran a la excelencia en el sector. Trabajar directamente con los mejores agricultores garantiza la trazabilidad y el apoyo a las comunidades locales.
Un proveedor serio busca constantemente granos del más alto nivel, sabiendo que cada uno de ellos cuenta para garantizar el sabor rico y puro del expreso servido. Esta búsqueda de la perfección no sólo implica respeto por la calidad, sino también por el medio ambiente y la sostenibilidad. Elegir socios que valoren estos principios es un compromiso con un futuro cafetero responsable y consciente.
La creación de un blend de expreso es un proceso sofisticado que refleja la identidad del tostador, requiere un profundo conocimiento y una cuidadosa mezcla de granos con diferentes propiedades aromáticas y gustativas.
El uso de un único blend, seleccionado con maestría y tostado después de diferentes maneras para crear múltiples intensidades y matices, garantiza una calidad constante, ya que la homogeneidad del blend proporciona una base sólida sobre la que construir y experimentar con el tostado. Esta metodología garantiza al cliente una experiencia que, aunque cambia en notas e intensidad, mantiene una identidad clara y reconocible.
La elección de incluir o no café Robusta en el blend también es decisiva, sobre todo en lo que respecta al porcentaje de cafeína que estará presente en el producto final. El Robusta, de hecho, tiene un sabor fuerte y una alta concentración de cafeína, mientras que el Arábica posee notas delicadas y complejas, lo que da la posibilidad de crear un blend más equilibrado con un porcentaje de cafeína ideal para el consumo diario sin efectos negativos.
Por eso, los mejores cafés se crean a partir de un blend de 100% Arábica de diferentes orígenes, lo que garantiza la calidad y la consistencia del sabor, y el tueste desempeña un papel clave en la definición de la expresión final del café.
El tueste de los granos es un punto de inflexión en la creación de un café expreso perfecto; es aquí donde los perfiles de aroma y sabor empiezan a formarse y definirse. Este meticuloso proceso transforma los granos crudos, verdes y relativamente inodoros en granos marrones llenos de complejos compuestos aromáticos y sabor.
Los distintos niveles de tueste -ligero, medio, oscuro- no sólo influyen en el color del grano, sino que también alteran el sabor. Un tueste claro puede acentuar la acidez y las notas afrutadas, mientras que un tueste más oscuro puede resaltar sabores más ricos y caramelizados, reduciendo la acidez y aumentando el amargor.
El tueste es también una cuestión de equilibrio: si es demasiado corto, los granos pueden resultar ácidos y poco aromáticos; si es demasiado largo, los sabores pueden volverse excesivamente amargos y quemados. Por lo tanto, el tostador debe encontrar el punto exacto en el que la temperatura y el tiempo se encuentran para sacar las mejores cualidades de los granos, preservando los aceites esenciales y los aromas deseados que definirán el expreso final.
Un tueste perfecto invita a la degustación y prepara el paladar para captar todos los matices del café, ayudando a definir la experiencia global del expreso.
En el contexto de la conservación del café, la presurización es un método innovador que sirve para prolongar la vida de los aromas y delicados sabores que caracterizan a un grano recién tostado. El proceso se basa en la eliminación del oxígeno del recipiente, que se sustituye por nitrógeno, un gas inerte que no reacciona con el café y, por tanto, no altera sus propiedades organolépticas.
La presurización evita la oxidación, proceso que puede provocar el enranciamiento del café y la pérdida de sus aceites esenciales, que son los principales portadores del sabor y el aroma.
Esta atención a la conservación del café es esencial para ofrecer a los consumidores no sólo un producto de alta calidad, sino también una experiencia que permanezca inalterable con el paso del tiempo. La presurización es, por tanto, una garantía de que el café, por mucho tiempo que haya pasado desde el tueste, conservará su esencia y ofrecerá una experiencia de degustación óptima.
La taza en la que se sirve el café expreso es más que un simple recipiente; es un elemento crucial que enriquece la experiencia de degustación. El diseño de una taza de café expreso ideal es el resultado de un profundo estudio que tiene en cuenta varios factores tanto funcionales como estéticos. Un fondo grueso es esencial para mantener la temperatura ideal del café, lo que permite conservar sus aromas y sabores. Los bordes más finos están pensados para ofrecer comodidad y permitir que los labios perciban la textura y la temperatura del café sin interrupciones.
La geometría interna de la taza es igualmente importante: una estudiada curvatura permite que el café descienda, creando un vórtice que no sólo es agradable a la vista, sino que también optimiza la formación de la crema, amplificando la liberación de aromas y mejorando la consistencia en boca.
El color interior de la taza, que a menudo se pasa por alto, desempeña un papel no menos importante, ya que puede influir en la percepción visual de la intensidad y la calidad de la crema. Una superficie interior más clara puede realzar la riqueza del color del café y contrastar visualmente con la crema, haciendo que cada sorbo sea aún más apetecible.
Una taza bien diseñada, por tanto, es un elemento clave que contribuye al ritual y al placer de disfrutar de un auténtico café expreso.
Alcanzar la perfección en una taza de expreso es un reto que requiere dedicación y un enfoque holístico de la calidad. Cada paso del proceso es esencial y contribuye a dar forma a una experiencia que debe dejar en el consumidor una sensación de plenitud y admiración. Cuando se sirve un café expreso perfecto, no sólo se está regalando una pausa de placer, sino también confirmando un pacto de excelencia que se renueva con cada sorbo.
Desde 1933, illy es un referente mundial por la calidad de su café. Nuestro blend especial es apreciado en 140 países y ofrece un sabor distintivo que contribuye a fidelizar a nuestra clientela.
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