El café macchiato, con su armoniosa combinación de espresso y leche, se ha ganado el corazón de muchos amantes del café, gracias a su perfecto equilibrio entre la robustez del café y la dulzura de la leche.
En este artículo, exploramos los orígenes del café macchiato, las técnicas de preparación y sus beneficios, proporcionando consejos útiles para los profesionales de la hostelería interesados en ofrecer esta deliciosa bebida a sus clientes.
Como su nombre indica, el caffè macchiato es un espresso "macchiato" con un toque de leche. La historia del café macchiato se remonta a Italia, donde el café tiene una larga tradición. Originalmente, el macchiato se preparaba añadiendo una pequeña cantidad de leche al espresso para hacerlo menos intenso sin diluirlo demasiado. Con los años, el café macchiato se ha hecho popular no sólo en Italia, sino en todo el mundo, gracias a su sencillez y sabor característico.
Existen principalmente dos tipos de café macchiato: el café macchiato caliente y el café macchiato frío.
Aunque a primera vista pueda parecer muy sencillo, la preparación de un café macchiato perfectamente equilibrado requiere precisión y cuidado.
He aquí algunos pasos básicos para lograr el mejor resultado posible.
La calidad del café es esencial para una bebida perfecta. Utilizar café 100% Arábica de alta calidad es esencial para garantizar un sabor equilibrado y aromático. Los granos de Arábica son conocidos por su dulzor natural, sus notas afrutadas y su acidez equilibrada, que combinan a la perfección con la cremosidad de la leche en un latte macchiato. Es importante elegir granos frescos, preferiblemente recién tostados, para conservar los aromas y sabores más auténticos del café.
Es importante utilizar una cafetera espresso de calidad para preparar un espresso intenso y aromático. La cantidad de café molido y la presión de la máquina deben ajustarse correctamente para conseguir el equilibrio adecuado de sabores. Un barista bien formado debe saber calibrar estos elementos para garantizar una extracción óptima.
Para preparar un macchiato caliente, la leche se debe calentar hasta alcanzar una temperatura de aproximadamente 65-70°C. Es importante evitar el sobrecalentamiento de la leche para conservar su dulzor natural. Luego, se debe verter lentamente la leche caliente o la espuma sobre el espresso.
La cantidad de leche puede variar según las preferencias del cliente; normalmente se añade una cucharada o dos para mantener el equilibrio perfecto entre café y leche.
El café macchiato debe servirse inmediatamente después de su preparación para mantener su frescura y la temperatura ideal.
Para garantizar a los clientes un café macchiato de alta calidad, los profesionales de la hostelería deben tener en cuenta tres puntos fundamentales.
El café macchiato representa un equilibrio perfecto entre el espresso y la leche, ofreciendo una bebida deliciosa y versátil que puede satisfacer los paladares de muchos consumidores.
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